Las mascotas no necesitan gafas, pero sí ir al oftalmólogo
Aunque los perros sufren problemas de visión, estos no son tan frecuentes como las infecciones
Conozca los casos en que su perro necesita ir al veterinario especialista en los ojos.
Aunque no vemos perros ‘cuatro ojos’ por ahí, lo cierto es que ellos también sufren de patologías oculares y problemas de refracción (miopía, hipermetropía y astigmatismo) como los de sus amos.
En estos casos, el doctor Carlos Aparicio, médico veterinario y uno de los expertos en oftalmología veterinaria en Colombia, cuenta que “son pocos frecuentes en mascotas: se diagnostican por medio de esquiascopia (examen básico) y se dan más en caballos e investigación”.
El tratamiento más indicado para superar esto, opina el experto, sería la cirugía facorrefractiva (rápida y a través de una incisión corta).
En cambio son más comunes las infecciones, dolencias y otros problemas oculares, “especialmente si son razas pug, bulldog, shihtzu, caniche y beagle”, agrega Aparicio. Esto se debe, según Martha Alfonso, veterinaria de la Clínica Salud Animal, a que “su anatomía, sus ojos, están más expuestos porque tienen la nariz muy chata”.
Señales de alerta
Independientemente de la raza, los expertos sugieren que acudir al veterinario o al oftalmólogo especializado en cualquiera de estos casos:
- Si hay una secreción amarilla o verde: indica que hay una enfermedad o infección. “No es de urgencia si la secreción es transparente o negra; esto es normal”, dice Alfonso.
- Si tiene el ojo de color rojo, azuloso o tonos blanquecinos, podría tratarse de un trauma, una catarata o irritación.
- Si percibe masas extrañas o si muestra entropión (cuando hay una inversión hacia dentro del borde del párpado).
- Presenta glaucoma (aumento de tamaño en el ojo).
- Hay signos de conjuntivitis (inflamación y secreción).
- Sospecha o evidencia de ceguera o disminución de la agudeza visual.
- Traumatismo ocular (debido a un golpe o pelea con un perro u otro animal).
No siempre la causa del problema es del ojo precisamente; puede ser consecuencia de otra enfermedad. La más común, una presión arterial muy alta: “Una de las consecuencias de la hipertensión en los perros, y más si no se trata, son los daños en el ojo, además de un derrame cerebral o daños en el corazón”, agrega Alfonso.
Los tratamientos son cada vez más avanzados, pues aunque la historia de la oftalmología veterinaria no tiene más de siglo y medio –pues solo se revisaban los “procesos patológicos del caballo, animal importante para la guerra y la agricultura”, según la Sociedad Española de Oftalmología–, ahora hay toda clase de tratamientos y tecnologías para curar a su mascota.
Prevenir, mejor que curar
Es clave mantener vigente el plan de vacunas y tener una buena alimentación.
“La mayoría de las enfermedades oculares son tratables, por lo que es importante el diagnóstico y tratamiento temprano para tener un mejor pronóstico en dichas patologías”, dice Carlos Aparicio, médico veterinario oftalmólogo.
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