Aprende a reconocer los perros que atacan de los que no
Dicen que perro que ladra no muerde, pero la verdad es que a nadie le gustaría comprobarlo. Gruñir, mostrar los dientes y morder son signos de comportamiento agresivo; y aunque estos mensajes estén entre un puñado de herramientas de comunicación disponibles para los perros, por lo general, no son aceptadas por los humanos.
La agresión canina no es necesariamente una patología, es parte del código de comunicación que tienen los perros entre ellos. Es normal cuando se genera frente a una amenaza. La agresión se considera anormal cuando los perros “perciben amenazas donde no las hay”, sostiene el doctor Germán León, director de la Clínica Veterinaria Melipets. El veterinario agrega que estos perros “tienen dificultad para modificar su respuesta cuando la amenaza cambia. Son estos perros los de mayor preocupación”.
De acuerdo a un estudio publicado por la Academia Americana de Pediatría, en donde se estudiaron los factores que influían en las agresiones de perros, un 51% de niños menores de 12 años habían sido agredidos por este animal. Dentro de los factores con mayor porcentaje de agresiones se encontraban las razas Pastor Aleman y Chow Chow, razas predominantes y que el perro sea macho, entre otros. “Existen factores de riesgo que aumentan las probabilidades de manifestación de agresividad”, añade el doctor León. “Animal no castrado, linaje agresivo (genética), animal amarrado, experiencias traumáticas, falta socialización temprana, condición que causa dolor o irritabilidad, perros que viven con uno o más niños, perros entrenados para agredir (adiestramiento) o que se le fomenta la conducta (perros de pelea)”.
El veterinario advierte que la mayor influencia en la agresión de un perro son las causas genéticas y la experiencia, no existe predisposición de sexo, raza o edad. Lo que está claro es que las primeras manifestaciones de actitudes presumiblemente agresivas , se manifiestan a muy temprana edad(6-8 semanas) aumentando en la adolescencia (5-9 meses) o en la madurez sexual o social(12-24 meses). “Lo que para algunos resulta gracioso ver a un cachorrito manifestando la agresividad - advierte León - es un importante signo que debe ser evaluado por un profesional, para determinar ejercicios que pueden ayudarnos a trasformar o canalizar esa energía en una experiencia positiva y evitar la manifestación de una posible agresividad en el futuro”.
Dicen que perro que ladra no muerde, pero la verdad es que a nadie le gustaría comprobarlo. Gruñir, mostrar los dientes y morder son signos de comportamiento agresivo; y aunque estos mensajes estén entre un puñado de herramientas de comunicación disponibles para los perros, por lo general, no son aceptadas por los humanos.
La agresión canina no es necesariamente una patología, es parte del código de comunicación que tienen los perros entre ellos. Es normal cuando se genera frente a una amenaza. La agresión se considera anormal cuando los perros “perciben amenazas donde no las hay”, sostiene el doctor Germán León, director de la Clínica Veterinaria Melipets. El veterinario agrega que estos perros “tienen dificultad para modificar su respuesta cuando la amenaza cambia. Son estos perros los de mayor preocupación”.
De acuerdo a un estudio publicado por la Academia Americana de Pediatría, en donde se estudiaron los factores que influían en las agresiones de perros, un 51% de niños menores de 12 años habían sido agredidos por este animal. Dentro de los factores con mayor porcentaje de agresiones se encontraban las razas Pastor Aleman y Chow Chow, razas predominantes y que el perro sea macho, entre otros. “Existen factores de riesgo que aumentan las probabilidades de manifestación de agresividad”, añade el doctor León. “Animal no castrado, linaje agresivo (genética), animal amarrado, experiencias traumáticas, falta socialización temprana, condición que causa dolor o irritabilidad, perros que viven con uno o más niños, perros entrenados para agredir (adiestramiento) o que se le fomenta la conducta (perros de pelea)”.
El veterinario advierte que la mayor influencia en la agresión de un perro son las causas genéticas y la experiencia, no existe predisposición de sexo, raza o edad. Lo que está claro es que las primeras manifestaciones de actitudes presumiblemente agresivas , se manifiestan a muy temprana edad(6-8 semanas) aumentando en la adolescencia (5-9 meses) o en la madurez sexual o social(12-24 meses). “Lo que para algunos resulta gracioso ver a un cachorrito manifestando la agresividad - advierte León - es un importante signo que debe ser evaluado por un profesional, para determinar ejercicios que pueden ayudarnos a trasformar o canalizar esa energía en una experiencia positiva y evitar la manifestación de una posible agresividad en el futuro”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario